Una 'asamblea de mujeres' muy actual

El pasado jueves estuve en el estreno de ‘La asamblea de mujeres’, de Aristófanes. El montaje llegaba calentito desde el Festival de Teatro Clásico de Mérida hasta el Teatro Compac Gran Vía, en unos momentos en los que las calles de la capital hierven por los dimes y diretes (en ocasiones con algo más que palabras) entre los indignados del 15M y los asistentes a la Jornada Mundial de la Juventud.

Me congratuló comprobar que muchos eligieron la opción TEATRO justo en el momento en que Benedicto XVI llegaba a Cibeles. La ciudad seguía su ritmo, a pesar de los cortes en las calles y las limitaciones en el transporte público.

Una vez en el patio de butacas, pude descubrir que esta versión de José Ramón Fernández perfilada para la batuta de Laila Ripoll arrojaba tremendas dosis de actualidad, para estar basado en un texto con 2.500 años de representaciones.

Ante el pésimo gobierno que han llevado a cabo los hombres, Praxágora convence a las mujeres de que se hagan cargo de la Administración. Estas, disfrazadas de hombres, se cuelan en la Asamblea y votan a favor la propuesta.

Lo que muchos han visto en ‘La asamblea de mujeres’ como una utopía es lo que estamos escuchando estos días en las asambleas que se celebran en las plazas de nuestro país: el mal resultado de un gobierno hace plantearse cambios, aunque ‘a priori’ pudieran parecernos utópicos o absurdos. Igualmente, se pone sobre la mesa las dificultades del hombre en su relación con el dinero y el amor.

Desde una puesta en escena que resalta lo absurdo, lo grotesco y lo paródico, el elenco de actores con Isabel Ordaz al frente, no sólo hace reír al público, sino que incide en esa reflexión que continuará una vez que de nuevo el espectador salga a la calle y a las asambleas de las plazas.