Pues nada, allá voy. ¿No decía el poeta que se hace camino al andar? Pues no me queda más remedio que empezar a dar pasitos, o no abriré camino nunca.

A los que lleváis mucho tiempo escribiendo un blog igual os suena a chino esto de lo que hablo, pero quizás alguno recuerda su primer post, las ideas que le rondaban por la cabeza cuando se decidió a escribir públicamente, su autodeclaración de intenciones, el compromiso adquirido con la rutina… En fin, que ahí estoy yo.

¿Y qué me ha llevado hasta aquí? Pues casi podría decir la «crisis-oportunidad». Hoy más que nunca estoy convencida de que la vida nos cierra una puerta para abrir una ventana, en este caso un gran ventanal. Y no hay mejor ventana al mundo que internet, ¡qué gran invento!

Pues desde esta ventana teatrera me gustaría hablar de mi relación con las artes escénicas. Nunca como experta o erudita en la materia, sino como mera espectadora, como persona que las disfruta y que las necesita para vivir. ¿Qué es sino la vida que puritito teatro? Que empiece la función!