Quizás el sentimiento como consecuencia de una traición sea uno de los más dolorosos que puede sufrir un ser humano. Y sin embargo, con qué facilidad podemos vernos inmersos en ella, bien como traicionado-víctima, bien como  traidor-verdugo, o en ambos papeles a la vez, para completar un puzzle de traiciones.

De lo que en la mayoría de estas casos no somos conscientes es de que formar parte de una traición nos va a llevar tarde o temprano a asumir la responsabilidad de nuestros actos. Quizás no somos capaces de visionarlo desde el momento presente hacia un futuro más o menos lejano, pero si hacemos el ejercicio contrario a posteriori, desde el final de la historia hacia el principio, todo encaja para cada uno de los implicados, cada pieza del puzzle tiene un por qué, cada consecuencia tiene su causa.

Pues más o menos sobre todo esto reflexiona el brillante texto de Harold Pinter, Traición, que estos días se representa en el Teatro Español de Madrid, dirigida con acierto por María Fernández Ache y muy bien llevada a término por Will Keen, Alberto San Juan y Cecilia Solaguren .

Desde los primeros minutos el espectador sabe que Emma traicionó a su marido, Robert, con el mejor amigo de éste, Nico. El interesante planteamiento de Pinter consiste en dar marcha atrás a la moviola y rescatar los momentos ya vividos, ya zanjados y clausurados, a través de un original juego escenográfico. Nos gusta guardar en el fondo de los cajones aquello que no queremos ver por miedo a tener que actuar en consecuencia, por miedo a perder el placer inmediato y en una búsqueda constante de amor.

Desde luego os recomendaría que fueseis a ver este montaje, pero me temo que si no habéis comprado la entrada ya, no tenéis mucho que hacer, pues colgaron el cartel de localidades agotadas. No obstante, si os puede la curiosidad, el día 21 de septiembre, a las 22.30, el equipo artístico de la obra se encontrará con el público en un acto de entrada libre, hasta completar aforo. Como en otras ocasiones, os enlazo la crítica de los expertos, en este caso las de Javier Vallejo y Marcos Ordóñez en El País, para que tengáis una idea más completa de la obra.