la reina de la belleza de leenane teatro
Una vez más he descubierto en la sala b de un teatro una pequeña pieza de las que para mí debería programarse en la sala principal, (ojo, digo «para mí»), aunque sólo sea porque merece tener un mayor escaparate. Estoy hablando de La reina de belleza de Leenane, de Martin Mc Donagh. Se trata de uno de esos pequeños montajes en los que sólo participan cuatro actores, arropados por una simplísima aunque cuidada escenografía y donde el atractivo principal reside en un magnífico texto acertadamente interpretado.
Podría decir que este es un completo tratado sobre el egoísmo y la ira. El egoísmo de una madre victimista que ante el miedo de quedarse sola forja un resistente cordón umbilical con una hija que va creciendo impulsada por el resentimiento y el rencor hacia esa progenitora que le impide constituirse en una persona independiente y equilibrada.
Transcurren las escenas y uno va sintiendo cómo crece la repulsión hacia esa madre, magníficamente interpretada por Maite Brik. El desprecio con el que se dirige a Maureen (Gloria López) y la manipulación consciente a la que la somete, no sólo se expresa con un lenguaje descarnado e hiriente, sino que se transmite con durísimas miradas y acertado juego de silencios.
Aparte de ciertas dosis de humor negro, sólo la entrada en escena de los dos hermanos que encarnan Orencio Ortega y Pablo Gómez dan de vez en cuando respiro a esa atmósfera cargada por el desprecio y por el humo de una caldera por la que se esfumarán las posibilidades de Maureen de escapar de un destino inevitablemente marcado por el adn.
Esto es sólo un esbozo de lo que encontraréis si vais a ver la obra en el Nuevo Teatro Alcalá. No sólo os la recomiendo yo. Os sugiero que leáis la crítica de Javier Vallejo en El País, que es experto y sabe de lo que habla.
[…] nuevo me encuentro sobre las tablas a una madre desnaturalizada -hace unos días fue en La reina de belleza de Leenane, en el Teatro Nuevo Alcalá, y que por cierto sigo recomendando-. Y no diría yo precisamente que […]
Tú también sabes de lo que hablas!!!
Veo que también te gustó. Qué gusto da encontrarse con estas joyitas, verdad?