Salgo de la sala Cuarta Pared con la sonrisa puesta después de descubrir el teatro de El Pont Flotant con su presentación en Madrid de Yo de mayor quiero ser Fermín Jiménez. Los tuiteatreros que habían descubierto a El Pont Flotant a través de Algunas personas buenas, en su anterior visita a Madrid en el teatro Lagrada, me venían hablando maravillas de este cuarteto -Àlex Cantó, Jesús Muñoz, Joan Collado y Pau Pons- y de su teatro cercano, vital, imprescindible.

Y empiezo por el final -tras la función y post función-, por el momento en que justo al entrar en el cada vez más temido Metro de Madrid para afrontar interminables minutos de regreso a casa con dos transbordos por delante, ¡tachán!, se me acaba la batería del móvil. El horror. ¿Ahora qué hago? Incertidumbre. Afortunadamente, poco a poco comienzan a invadirme las reflexiones que, con una puesta en escena sencilla y divertida, me ha transmitido el dúo de actores de El Pont Flotant.

el pont flotant teatro

Ya no sabemos disfrutar de los tiempos muertos. El móvil, entre otras muchas cosas, nos ha hecho inútiles a la hora de ocupar espacios vacíos. Justo cuando podemos entrar en contacto con la vida, en esos tiempos muertos, buscamos cualquier actividad que nos obligue a continuar con el automático puesto, fuera de nosotros mismos. Inducida a ello sin remedio, en esos largos minutos de trayecto pude darme cuenta de mucha vida: de la pareja de chicas encaramadas a sus tacones dispuestas a quemar la noche madrileña; de la familia con dos hijas, una de ellas japonesa (adoptada, imagino), que regresa a casa tras un día demoledor de compras por el centro; del grupo de amigos con gorros a modo de árboles de Navidad carcajeándose sin parar… Sí, ya sé que todo esto no suena muy emocionante, pero ahí hay vida.

El Pont Flotant me recuerda a través de su puesta en escena lo divertido de imaginar cómo vivir un minuto, una hora, una semana o un año de vida, sin trabajar, eso sí. Qué empeño nos ha entrado con eso de «ganarse la vida». ¿Pero no estamos ya vivos? Olvidarme de la agenda para inventar actividades desde tan cotidianas y lógicas como pasear, leer o tocar música, hasta las más peregrinas como separar un puñado de confeti por colores o tirar líneas con lápiz fluorescente entre los chicles pegados en el suelo de una acera. Se trata de eso, de parar, de conectar, de tomarse un espacio propio para darnos cuenta de para qué estamos aquí. En definitiva, de convertirse en un Fermín Jiménez.

 

El Pont Flotant, teatro de investigación actoral

Àlex Cantó y Jesús Muñoz se valen de escasos recursos escénicos, dando protagonismo al trabajo físico del actor y a su relación con el espacio y el espectador para experimentar con la realidad dentro de la ficción. Demuestran con ello que para transmitir, emocionar y seducir al espectador no hacen falta grandes artificios. El momento de una simple llamada telefónica en directo para contactar con Fermín Jiménez es sencillamente brillante (alguno dudó incluso de si estaba grabado); la certera lectura de textos a dos voces, la divertida entrega de programas de mano, la tierna imagen de la escena paterno-filial, la dinamicidad de la retirada del atrezzo o la cachonda vídeo-proyección me fueron atrapando poco a poco hasta conquistarme.

Qué pena que solo podamos disfrutar de El Pont Flotant, teatro del que crea afición, tan pocos días en sus esporádicas visitas a Madrid. Estoy segura de que podrían hacer una buena temporadita en la cartelera de teatro de la capital. Mientras, ahí te dejo una pregunta para reflexionar:

Y tú, ¿qué haces en tu vida libre? 

Sinopsis de ‘Yo de mayor quiero ser Femín Jiménez’

Y por si no se ha entendido nada de lo que he escrito, aquí va la sinopsis oficial de esta obra de teatro. Yo de mayor quiero ser Fermín Jiménez es «una oda a los tiempos muertos, al aburrimiento, a vivir con tranquilidad y buen humor, a tomarse las cosas con filosofía y creatividad. Es una oda a la vida, a disfrutar de la vida, de los amigos, de la familia, de las aficiones, de las cosas que realmente nos llenan. Es un intento teatral de emular a Fermín Jiménez, un artista plástico amigo de la compañía que sabe vivir mucho mejor que ellos».

Equipo artístico y técnico

Creación: El Pont Flotant; Interpretación: Àlex CantóJesús Muñoz; Iluminación: Àlex CantóMarc Gonzalo; Diseño de escenografía: Joan Collado; Realización de escenografía: Santi Montón; Diseño gráfico: Joan Collado; Audiovisuales e instalación: El Pont FlotantFermín Jiménez; Fotografías: José Ignacio de Juan; Agradecimientos: Daniel Abreu