Toca hoy hablar de uno de los montajes que más está sorprendiendo este verano en los círculos teatrales. ‘De Fuente Ovejuna a Ciudad Juárez’ entró por la puerta de atrás, sigilosamente, casi pidiendo permiso. Al fin y al cabo, The Cross Border Project estaba tocando un texto de los grandes, de los eternamente revisitados, de esos que los teatreros se saben de memoria de tantas veces que lo han vivido desde el patio de butacas.

Sólo que esta vez el Fuente Ovejuna de Lope de Vega cruzó el charco para toparse con la crudísima realidad de Ciudad Juárez, considerada hoy la ciudad más violenta del mundo. Y es ahí donde la directora de este proyecto, Lucía Rodríguez, ha puesto el foco. Parece mentira que un texto de hace cuatro siglos pueda dar la réplica a ese brutal feminicidio que ha acabado con la vida de más de 3.000 mujeres desde 1993. Sus cadáveres aparecen meses después de haberse denunciado la desaparición, en terrenos baldíos, con signos de violencia, que incluyen violación u otro tipo de abusos sexuales, tortura y mutilaciones.

Quizás podemos llegar a creer que en España han desaparecido los ‘comendadores’ y las ‘laurencias’ (no lo tengo tan claro), pero desde luego perviven en muchos otros puntos del planeta. Esta pieza es un grito desesperado para reclamar nuestra atención sobre ello, para no permitirnos mirar hacia otro lado. Un estupendo elenco así nos lo transmitió en la función del domingo 10 de julio en la sala Triángulo. Los actores utilizan la fluidez del verso para llevar de la mano al espectador hasta un lugar del que no puede escabullirse, inevitablemente el corazón se encoge.

La prueba de fuego llega ahora en el Almagroff. Este equipo que ha hecho grandísimos esfuerzos para poner en marcha el proyecto tiene la oportunidad de dar el gran aldabonazo en la puerta, en la principal, y hacer todo el ruido que muchos merecen como artistas y que nuestro panorama teatral necesita de vez en cuando como revulsivo. Todos a una.